Este post es una pequeña introducción al viaje a Sri Lanka que realizamos en abril de 2017. Aquí encontraréis toda la información necesaria para organizar vuestro propio viaje, consejos, etc.
Eligiendo destino y decidiendo la ruta
Cuando nos planteamos nuestro siguiente viaje teníamos claro que queríamos algo diferente. Hacía ya bastante desde nuestra última visita juntos a Asia, quizás nuestro continente favorito hasta ahora, y Sri Lanka estaba de las primeras de la lista. Que encontraramos vuelos por unos 600 euros por persona para las fechas que queríamos fue decisivo: ¡nuestro siguiente destino sería Sri Lanka!
El road trip es un tipo de viaje que nos gusta mucho. Es genial diseñar la ruta a tu antojo, sin depender de transportes públicos, horarios, etc. Además el disponer de vehículo propio te permite visitar sitios menos conocidos y perderte buscando un lugar y encontrar otro aún mejor si cabe.
Al final nos decidimos por alquilar un tuk tuk. Ya habíamos visto en internet que cada vez más viajeros se animaban a conducir uno y no queríamos perdernos la oportunidad de experimentarlo en nuestras propias carner. El «Cacharro», como lo bautizó mi madre, nos pareció una opción relativamente económica y cómoda para movernos por toda la isla.
Por 20 dólares por día (seguro incluído) tendríamos transporte asegurado para todo el viaje y nos quitábamos de andar regateando cada trayecto o excursión. Hay agencias más baratas, pero también se oyen historias de todo tipo. Nosotros en dos semanas no tuvimos ningún problema con el tuk tuk, y el último día nos devolvieron el depósito de 200 dólares (franquicia del seguro) sin casi mirar que todo estuviera en orden. Leed opiniones antes de decidiros por una empresa de alquiler.
Teníamos relativamente poco tiempo. Esta vez sólo podíamos cogernos dos semanas de vacaciones en el trabajo. A pesar de que la isla no es muy grande (algo más pequeña que Castilla La Mancha, por poner un ejemplo), iríamos justos de tiempo para todo lo que queríamos ver. Las carreteras, sobre todo en las tierras altas y algunas zonas menos turísticas, no son muy buenas (y eso siendo benévola). Además la velocidad máxima permitida conduciendo un tuk tuk son 40 km/h (tampoco es que de para mucho más), con lo que las distancias se vuelven mucho mayores.
Desde el principio tuvimos claro algunos lugares que no queríamos perdernos bajo ningún concepto: el triángulo cultural, el Parque Nacional de Minneriya, Kandy, los campos de té de las tierras altas, el Parque Nacional Yala y las playas del Sur. Trazamos la ruta que nos pareció más logica y, tras leer mucho en la guía de viaje y en internet, fuímos incluyendo algunos lugares interesantes que más o menos nos pillaban «de paso». Os dejo un mapa con la ruta realizada para que os hagáis una idea.
Datos prácticos
Cuándo ir
Elegir la época adecuada para una visita es bastante complicado para un país tan pequeño. La isla sufre dos monzones anuales.
El monzón «yala» deja lluvia en la zona sur, suroeste y las tierras altas desde Abril o Mayo hasta Septiembre. Por otra parte el monzón «maha» que afecta a la zona este de la isla desde Octubre o Noviembre hasta Marzo. Así como véis es difícil elegir el momento perfecto para un circuito que cubra gran parte del país. Siendo positivos, viajéis cuando viajéis a Sri Lanka, siempre habrá algún lugar en el que el clima acompañe.
Por estar muy cerca del Ecuador, las temperaturas permanecen prácticamente constantes durante todo el año. Suelen rondar los 30°C durante el día, pero con una humedad muy elevada (en torno al 80% o incluso 90%), por lo que la sensación térmica es mucho mayor. En Kandy a las tierras altas en torno a Nuwara Eliya, las temperaturas son mucho más agradables durante el día (en torno a los 20°C) e incluso necesitáréis una buena chaqueta por las noches.
Nosotros nos decidimos por ir a primeros de Abril y tuvimos suerte hasta casi el final del viaje, cuando nos pilló el inicio del monzón en la costa sur. Ésto no nos supuso grandes contratiempos. Por la mañana solíamos levantarnos con sol y pudimos hacer la mayor parte de lo planeado. Pero todas las tardes desde que comenzó el monzón nos cayeron unas trombas de agua de impresión. En cuestión de minutos se inundaba todo, las escaleras exteriores de algunos edificios se convertían en cascadas, el viento tiraba árboles… No nos quedaba otra que parar el «Cacharro» y refugiarnos en cualquier restaurante a esperar a que pasara lo más gordo. Por suerte nunca se alargó la cosa más de un par de horas.
Otro dato a tener en cuenta es que entre el 13 y el 14 de abril (dependiendo del año) se celebra en el país el Año Nuevo Cingalés. La gente lo celebra en sus casas y suele reunir a toda la familia, al estilo de nuestra Navidad. En ese día os encontraréis prácticamente todo cerrado. Nosotros tuvimos problemas para encontrar algún sitio para comer y lo que es peor, para arreglar un pinchazo. Sólamente se nos pinchó una rueda en todo el viaje y tuvo q ser precisamente en Año Nuevo. Al final conseguimos salvar el día, pero si queréis conocer los detalles, tendréis que esperar a la entrada correspondiente.
Documentación y visados
Lo ideal es informarse sobre los requerimientos actuales de cada país antes de reservar el viaje. Para ello os aconsejo que consultéis las recomendaciones de viaje del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperacion (válidas para ciudadanos españoles).
Os dejo el link: Recomendaciones de viaje del MAEC
Para visitar Sri Lanka es necesario visado. Se puede solicitar una pre-autorización online, lo que facilita mucho los trámites a la llegada. Para ello podéis utilizar el link que os dejo a continuación.
Electronic Travel Authorization System – Sri Lanka
Tendréis que rellenar todos los datos y pagar online. A nosotros a los pocos minutos nos llegó la confirmación que nos permitía viajar a Sri Lanka. Una vez en el aeropuerto de Colombo hay que enseñar el pasaporte y la autorización de viaje (os recomiendo que la imprimáis y la llevéis con vosotros, porque a nosotros nos la pidieron), y os pondrán la pegatina del visado, por cierto muy fea, y el sello de entrada en vuestro pasaporte. Y ¡bienvenidos en Sri Lanka!
Salud
Además de las vacunas que todos deberíamos tener al día, os recomiendo que antes de cualquier viaje os informéis sobre otras vacunas o medidas de prevención recomendadas para el destino elegido. En la web de la unidad del viajero del Hospital Carlos III de Madrid encontraréis toda la información que necesitáis.
Para más información y consejos sobre otros problemas típicos de salud en este tipo de viajes (diarrea del viajero, dengue, malaria, etc.), os recomiendo pedir cita en vuestro hospital de referencia, en la unidad de medicina tropical.
Sri Lanka se encuentra muy cerca de la línea del Ecuador, por lo que el calor y la humedad pueden llegar a ser sofocantes y el sol pega muy muy fuerte. Es importante embadurnarse constantemente y en abundacia en crema solar, protegerse la cabeza con un gorro o similar y beber bien de agua.
Es necesario protegerse muy bien de los mosquitos. Cuando nosotros fuimos había muchos y en Sri Lanka en concreto, pueden transmitir algunas enfermedades como el dengue y la malaria. El mosquito que transmite el dengue es diurno y el de la malaria nocturno, con lo que los peores momentos del día son el amanecer y el atardecer, cuando ambos están activos. Una vez absorvida la crema solar, es necesario echarse bien de repelente con un mínimo de 45% de DEET. Nosotros siempre usamos Goibi Xtreme, aunque hay otras marcas (Relec por ejemplo). Cada uno que elija el que más rabia le de. Por la noche, lo ideal es refugiarse bajo una mosquitera, para darle un descanso a la piel de tanto veneno. En los supermercados venden unas espirales que se queman (parecidas al incienso) que también funcionan de maravilla contra los insectos.
Dinero
Para viajar por Sri Lanka necesitaréis rupias (LKR). En algunos lugares aceptan el pago en dólares americanos, pero evidentemente el cambio que os harán no es el más favorable.
Durante nuestra visita el cambio estaba a 1 euros = 160 rupias o 1 dólar = 150 rupias.
Hay hoteles de todos los precios. Para que os hagáis una idea nosotros pagamos de media por la zona del triángulo cultural (Anuradhapura y Habarana) unos 15 euros por habitación por noche. En las tierras altas y Tissa alrededor de 20 euros por noche. Y en la zona sur 25 euros por noche. Hicimos 2 excepciones con nuestro presupuesto para alojamiento: en Tangalle nos alojamos en un hotel bastante chulo (AC faltaba, poco ambiente, cena caca) por 60 dólares la noche. (a pesar de que estaba bien, quizás elegíriamos otro?). Y para la última noche en Negombo (pagamos algo menos de 30 euros).
Una botella de agua grande costaba unas 60 o 70 rupias (precio oficial en un supermercado), pudiendo llegar a 100 rupias en los sitios más turísticos. Una buena comida en un restaurante local podía rondar los 10 o 15 dólares, bebidas incluidas. Otro punto a favor de conducir nuestro propio tuk tuk fue el poder parar a comer y comprar en sitios muy poco turísticos, donde los precios, e incluso la calidad de la comida, eran mucho mejores.
Consejos para conducir un tuk tuk por Sri Lanka
Conducir un tuk tuk es muy sencillo. Por lo visto es muy similar a conducir una vespa, así que los que ya lo hagáis jugaréis con ventaja. Nosotros no habíamos conducido nunca una moto, pero tras una pequeña «clase práctica» con el hombre que nos alquiló el cacharro y un par de días de práctica, ya estábamos hechos unos profesionales. Si alguna vez nos quedamos en paro, ya tenemos plan B: mudarnos a Sri Lanka, hacernos con un tuk tuk y sacarle los cuartos a los guiris con nuestros tours en varios idiomas.
El embrague y las marchas están en el lado izquierdo y el acelerador en el lado derecho del manillar. El freno consta de un peda en el lado derecho. Para la marcha atrás tenéis que levantar una palanca que encontraréis al lado derecho del asiento. Al principio cuesta un poco coordinar todo, pero enseguida os haréis con él.
Para conducir un tuk tuk en Sri Lanka es necesario que llevéis, además de vuestro carnet de conducir normal, el carnet de conducir internacional (lo podéis solicitar en Tráfico) y un permiso especial, llamado AAC, y que os expedirán en Colombo.
A nosotros nos lo tramitó todo la empresa con la que alquilamos el tuk tuk por 45 dólares, nada barato la verdad. Pero al llegar un domingo a Sri Lanka, la oficina de tráfico estaría cerrada, y evitar perder un día entero por el dichoso permiso, bien merecía pagar esos 45 dólares. Aunque habíamos leído a varios viajeros que no tuvieron ningún problema por no tenerlo, no os recomiendo arriesgar. A nosotros nos paró la policía tres veces y en todas ellas nos pidieron ver el famoso permiso AAC.
El tema «policía» podría dar para escribir un post completo. Nosotros tuvimos suerte y no nos pararon mucho, para lo que es costumbre con los guiris. Ya el hombre que nos alquiló el tuk tuk nos avisó de que intentarían inventarse una multa con cualquier excusa. Ésto sólo nos pasó en una ocasión. Un policía espabilado quiso multarnos porque, según él, no llevábamos el permiso para conducir un tuk. Al final poniéndonos tercos, enseñándole donde ponía que estábamos autorizados a llevar un «3 wheels» (nombre oficial que recibe el tuk tuk en Sri Lanka), nos dejó marchar. De todas formas, si no conseguís zafaros, por lo que tengo entendido, las multas no son muy elevadas.
Otra anécdota, y ¡menos mal que se quedó en anécdota!, nos ocurrió una noche en las tierras altas. Mi chico conducía y un policía parado en el arcén nos iluminó con una linterna. Nada más. Unos minutos depués nos dimos cuenta de que una moto nos seguía dándonos las largas. Cuando paramos nos dimos cuenta de que era la policía. Se asombraron al ver que éramos unos guiris y nos preguntaros por qué nos habíamos dado a la fuga. Les explicamos que no habíamos visto que nos mandaran parar y nos respondieron que la linternita significaba eso precisamente. Llegamos a pensar que era una excusa para sacarnos unas cuantas rupias, pero al vernos tan perdidos les debió hacer hasta gracia y al final también esta vez nos libramos. Cuando los policías ya se habían alejado en su moto, se nos acercaron varios lugareños para cotillear. Por lo visto dos guiris a la fuga eran la atracción del día en aquel lugar tan remoto y tranquilo.
Las carreteras principales son sorprendentemente buenas. En los caminos más apartados (sobre todo en las tierras altas) os encontraréis con más agujeros que asfalto, y eso cuando lo hay, con lo que las distancias se multiplican. La velocidad máxima permitida para tuk tuks, como ya he dicho antes, es de 40 km/h, pero en muchos lugares no podréis pasar ni de los 20 km/h, así que tenedlo en cuenta a la hora de diseñar la ruta.
El tráfico es mucho más civilizado de lo que esperábamos, a excepción de los autobuses de línea. Cada vez q veáis uno aproximándose por detrás, no espéreis ni a que os avise con el claxón y echáos hacia el arcén para dejarle paso. Son unos auténticos kamikazes. En las ciudades más grandes, Colombo y Kandy, el tráfico puede llegar a ser caótico, una auténtica locura. De conducir por Colombo, si os decidís por alquilar ya sea un coche o un tuk tuk, no os vais a librar. Casi cualquier viaje empieza y acaba allí, por lo que el primer y el último día os tocará moveros por la zona, pero con paciencia y nervios de acero se puede. En Kandy, después de ver el percal, nos decidimos a dejar nuestro tuk tuk aparcado y movernos por la ciudad o bien andando o bien en tuk tuk (eso sí, con tuktukero srilankes). Parar un tuk tuk para que os lleve a donde queráis dentro de la ciudad no debería costaros más de 100 o 150 rupias (menos de 1 euros), con lo que a nuestro parecer, merece la pena.
Para encontrar el camino usamos el GPS de mi móvil. Nada más aterrizar en el aeropuerto compramos una tarjeta SIM con datos (9 GB) y 250 minutos en llamadas locales por unos 10 dólares. Llevábamos apuntadas las coordenadas de la mayoría de lugares y el disponer de internet nos vino genial para buscar gasolineras, restaurantes, avisar a algún hotel de que llegaríamos tarde, etc. Un día, nunca sabremos por qué, el GPS dejó de funcionar. No conseguimos señal en varias horas, pero preguntando se llega a Roma (o a donde haga falta).
En total recorrimos alrededor de 1400 km. La gasolina costaba 117 rupias por litro en abril de 2017. Y nuestro tuk tuk consumía aproximadamente unos cuatro litros por cada 100 km. Así que necesitamos unos 56 litros de gasolina, con lo que el gasto en combustible fue de 6552 rupias, unos 40 euros al cambio.
El depósito del tuk tuk es de apróximadamente seis litros y medio, lo que da para apróximadamente 160 kilómetros. Hay una manivela a la derecha del asiento del conductor, que activa la reserva, pero ésta da para unos 20 km tan sólo, así que mejor no apurar. Os recomendamos repostar siempre que veáis una gasolinera, ya que pueden pasar bastantes kilómetros hasta que encontréis otra. Nosotros rellenamos de gasolina una botella vacía de agua, para emergencias, lo que nos vino muy en las tierras altas, donde las gasolineras escasean y el tuk tuk empieza a chupar que no veáis en las cuestas.
Por la noche, y sobre todo con lluvia, la visibilidad es bastante mala. Hay mucha gente que va de pueblo en pueblo andando o en bicicleta y no llevan ni luz ni nada reflectante. Las vacas campan a sus anchas y se acuestan en el asfalto calentito cuando empieza a refrescar. Una noche, conduciendo cerca de Minneriya, nos encontramos un ¡elefante! (sí, sí, un elefante salvaje) en el arcén. Le pasamos a unos dos metros escasos. Menos mal que estaba entretenido arrancando una rama de un árbol, porque si se llega a enfadas y nos pega un trompazo nos tumba el cacharro.
Lo bueno de llevar un tuk tuk es que es muy pequeñito y manejable, algo de agradecer en los estrechos caminos de las tierras altas. Además se puede aparcar en casi cualquier sitio. Nuestro truco era siempre mirar dónde había más tuk tuks aparcados y dejar el nuestro al lado.
Justo detrás del asiento trasero hay un hueco donde podéis dejar las mochilas grandes. Las cosas de valor las llevábamos en las mochilas pequeñas. De todas formas, no nos pareció un país inseguro y en ningún momento temimos que nos desapareciera algo en nuestra ausencia. En una ocasión nos olvidamos la mochila con las cámaras, el ordenador, los pasaportes, el dinero… (vamos, ¡todo!) en el tuk tuk y a la vista de todo el mundo. Hicimos la compra en un super y cuando volvimos, allí seguía. Eso lo haces en Madrid y ya puedes rezar.
El mayor peligro para vuestro equipaje y cualquier cosa que dejeis en el tuk tuk son los monos. Los hay a montones y son unos expertos ladrones. Lo mejor es que no dejéis en el tuk tuk comida ni bolsas de plástico (las asocian automáticamente con comida).
Si tenéis cualquier problema con el tuk tuk, no os preocupéis. Parad a cualquier tuktukero que, seguro, os echará una mano. Un día no eramos capaces de arrancarlo y un conductor muy amable nos enseñó a usar una palanca del lado izquierdo del asiento. Por lo visto es algo que pasa muy a menudo, pero ya nos quedamos con la copla para próximas veces.
Si llueve podéis cerrar las cortinas. Con dejar un trocito abierto, para ver los espejos retrovisores, vale. A pesar de ello, siempre entra algo de agua, aunque nada grave.
Ya de vuelta, os puedo decir que no se me ocurre mejor forma de recorrer la isla que conduciendo vuestro propio tuk tuk. Además de práctico (por todo lo que ya he explicado), es super divertido ver las caras de los lugareños al ver a dos guiris con un tuk tuk. Os pararán, os saludarán, os preguntarán… seréis la gran sensación en muchos lugares. Para el que quiera comprobarlo por sí mismo, aquí dejo los datos de la empresa con la que alquilamos a nuestro «cacharro».
Pick & Go Travels (el dueño se llama Rocky)
E-Mail: info@pickandgotravels.com
www.pickandgotravels.com
Os dejo con una foto de nuestro fiel compañero de viaje. A pesar de la tralla que le dimos, se portó como un campeón. Ya de vuelta en casa, y de nuevo conduciendo un aburrido coche… ¡te echamos de menos, cacharro!