Mérida es la capital y la ciudad más poblada del estado mexicano de Yucatán. Fue fundada en 1542 por los españoles sobre las ruinas de una antigua ciudad maya y mantiene hoy en día un marcado aire colonial.
Llegué a Mérida tras un largo viaje, primero en barco de Caye Caulker a Chetumal y desde allí en un incómodo bus. Ya sólo los trámites fronterizos en Chetumal me llevaron ¡casi tres horas! Salí a las siete de la mañana de mi particular paraíso beliceño para llegar bien entrada la noche a la capital yucateca. ¡Un auténtico palizón!
Por cierto, me llamó la atención el siguiente cártel en la aduana de Chetumal.
En el DF ya me encontré uno parecido que hacía referencia a los terremotos, pero nunca antes había visto uno para el caso de un huracán.
Mi alojamiento
Después de tantas horas de viaje, lo único que me apetecía era llegar cuanto antes al que sería mi centro neurálgico durante la próxima semana: el Akasha Hostel.
Por menos de 20 euros la noche me hice con una enorme habitación doble con baño privado, mosquitera (muy importante) y aire acondicionado. Se puede reservar en booking.com o a través de hostelworld.
Además, tienen camas en dormitorios compartidos, un jardín, cocina comunitaria y bastante buen wifi.
Visitando la ciudad
Mérida, con un casco histórico bastante concentrado, es una ciudad muy agradable para pasear.
Comencé mi visita muy cerca de mi hostel, en el Parque de Santa Ana, con la iglesia del mismo nombre justo a su espalda.
Fui callejeando hacia el centro. A pesar de que el día estaba algo nublado, el colorido de las calles contrarrestaba el gris del cielo.
Mérida es eso, es color.
Por la calle 60, se encuentran muchos edificios interesantes, destacando entre ellos el de la Universidad de Yucatán, con su precioso patio.
Pasé por el Parque Hidalgo, donde me encontré con uno de los símbolos de esta ciudad: las sillas confidentes.
Las primeras sillas de este tipo se instalaron en la ciudad en 1915, al ser remodelada la Plaza de la Independencia. Se cree que su diseño se inspiró en las “butacas confidentes” habituales en la Francia renacentista y, donde los miembros de la realeza y la nobleza mantenían sus conversaciones más íntimas. Actualmente, las encontraréis por todos los parques y plazas de la ciudad y se han convertido en un auténtico icono. ¡Hasta venden llaveros e imanes con su imagen!
Por desgracia, hoy han perdido gran parte de su sentido. Muchas parejas toman asiento en ellas para, embelesados, no levantar la vista cada uno de su móvil, en lugar de conversar con la persona que tienen justo en frente. Y pensar que el eslogan de una conocida marca de móviles era “conectando a la gente” … Nunca antes habíamos estado todos tan “desconectados” de los demás y del mundo que nos rodea.
Otra plaza muy recomendable es la de San Juan, en torno a la iglesia en honor al mismo santo.
En la Plaza de la Independencia destacan la Catedral de San Ildefonso, el Palacio de Gobierno (el edificio verde de la foto) y el Palacio Municipal (el edificio rosa).
No os perdáis un paseo por la zona del mercado, una zona muy viva de la ciudad a casi cualquier hora.
Para comer, tenéis numerosas opciones. Personalmente, probé y os puedo recomendar los siguientes restaurantes:
- Cafetería Impala: abierta en 1958, es la más tradicional de toda la ciudad. Se encuentra al comienzo del Paseo de Montejo. Tienen gran variedad de sándwiches, hamburguesas, etc. y sus precios son bastante buenos.
- La Chaya Maya: si queréis probar auténticos platos yucatecos, éste es el sitio. Está todo riquísimo y sus precios son asombrosamente bajos. Si no hacéis reserva, preparaos para esperar un ratito antes de que os den mesa, pues está siempre lleno. Aún así, os aseguro que la espera merecerá la pena.
Por si fuera poco, además de todo lo que esta ciudad ya de por sí ofrece, hay una gran oferta cultural y de ocio para el viajero. Cada día de la semana hay planeado un evento gratuito diferente. Cuando yo estuve, este era el programa:
- Lunes: Bailes regionales en el Palacio Municipal a las 21:00
- Martes: Música en vivo en el Parque de Santiago a las 20:30
- Miércoles: Proyección de video sobre la fachada de la Casa de Montejo a las 20:00
- Jueves: Serenata yucateca en el Parque Santa Lucía a las 21:00
- Viernes: Juego de pelota maya frente a la catedral a las 20:00
- Sábado: Noche mexicana al principio del Paseo de Montejo a las 20:00 y proyección de video sobre la fachada de la Casa de Montejo a las 21:00
- Domingo: cierran al tráfico el Paseo de Montejo y habilitan una ruta bici (también muy agradable para pasear) durante toda la mañana. Además, cierran al tráfico la Plaza de la Independencia y ponen puestos de comida y bebida, donde suelen ir a pasar el día tanto turistas como locales.
Preguntad en vuestro alojamiento por si lo hubieran modificado.
Como ya os he contado, pasé alrededor de una semana en esta increíble ciudad y no, no me aburrí en absoluto. Además de todo lo que se puede hacer y ver dentro de la propia ciudad, hay numerosas excursiones que podéis realizar desde Mérida. No hace falta que contratéis los caros tours que ofrecen la mayoría de agencias de la ciudad. Podéis hacer estas visitas por vuestra cuenta sin ningún tipo de problema. Cabe destacar que en la ciudad hay tres estaciones de autobuses diferentes. Dependiendo del destino, tendréis que ir a una u otra. Os lo contaré todo en próximos posts.
Qué pasada las ciudades coloniales de México 🙂
Solo conozco Valladolid pero me gustaría hacer un paseo bastante más largo por el país 🙂
Te lo recomiendo encarecidamente. Ciudades como Mérida, Campeche o la pequeña San Cristóbal de las Casas tienen un encanto especial. Me ha quedado pendiente la zona centro (Guanajuato, Puebla, San Miguel Allende, etc.), que también debe de ser espectacular… Siempre es bueno tener «excusa» para un futuro viaje a México.